En el cierre del Shabat Macabeo, el rabino Alejandro Avruj reflexionó acerca de la brajá (bendición) que tiene cada persona en el mundo. La brajá es única, personal y no se trata de competir con la persona que está al costado, si no de competir con uno mismo, con la persona que fuiste el día anterior, desarrollando tu propia brajá, mejorando cada día, con esfuerzo, tenacidad, compromiso, disciplina y trabajo.
A su vez, mencionó la importancia de ser una unidad como pueblo y dio el ejemplo de la Ceremonia de Apertura. Todos estábamos felices por la participación de las delegaciones . Disfrutamos juntos. Todos los países unidos.